jueves, 14 de junio de 2007

Textos viejos II

(Finales del 2006) Cuando mi casa de toda la vida se puso a la venta, escribí esto. Hoy es un hecho, hay otros habitantes en ella y mi familia anda desparramada por el mundo tratando de encontrar un nuevo lugar para estar juntos de nuevo... aunque aun lo estemos.

Se vende mi casa
La misma casa donde Fifa aun se mece eternamente en el porche, recibiéndome en la entrada, con sus manos de mariposa, su olor a Jean Naté, sus cuentos, su regazo refugio y su mirada sabia, mi reflejo, mi hogar, mi abuela sigue en esa casa…,

La de mi adolescencia confusa y dolorosa, de mis primeros amores y desamores, mi llanto perplejo, la curiosidad que me sostenía, mi ingenuidad y su supuesta y progresiva pérdida, todas las preguntas que me sigo haciendo siguen en esa casa…,

La misma de mis regresos, no importa donde fuera, allí volvía, a curarme… de malaria, de amibiasis, de sustos de culebras y balsas volcadas, de puentes rotos hacia otros y hacia mí, ahí me reencontraba con la que siempre fui y con la que pronto sería, de ahí salía a probarme sueños y destinos, mis espejos y mis raíces siguen en esa casa…,

Ahí donde Norberta hacía el perico y el cafecito, mi abuela Gloria las arepas, Fifa el queso relleno y mi mamá ponía la mesa con flores, manteles, y Ray Conniff o Nat King Cole; donde mi viejo aún canta Daniel Santos o Roberto Ledezma, toca tambor con las ollas, baila y baila, y lo comprende todo, ... donde mi vieja se ríe, se queja, me abraza mullido, orienta y se orienta y lo percibe todo; mi abuela Gloria descansa después de tanto paseo y tanta lucha, ve sus novelas y nos reímos de su risa sin saber por qué; Diana practica sus danzas, su risa cantarina, y vive su mágica maternidad; las morochas aprenden desde a caminar hasta ser mujeres, y son hadas llenando el espacio de alegría, de música, de energía, Vera nace y luego Eduarda y me reinventan la felicidad; ahí… donde mis hermanas aun buscan mi cariño y mis viejos, mi abrazo; todos mis seres queridos, mis olores, sonidos y sabores preferidos, mis amores primigenios, siguen en esa casa…

La misma donde fueron recibidos todos los que quise querer y se quedaron los que realmente me quisieron, mis amigos de siempre y para siempre, con sus dones y sus metamorfosis, su leal cariño, sus distancias ilusorias, y los hilos invisibles que me unen a ellos siguen en esa casa…

La misma donde mi papá llegó con rizos de infancia, leyó a Verne y a Dumas; y oyendo boleros y tangos de arrabal, conversaba de política y filosofía con Rossi y mas tarde aguantaba las palizas de Fifa por sus escapadas de parrandero, ahí…donde están sus hermanos Ofelia y Eliseo, su viejo Oscar llamando al “dueño del nombre”, donde le dio un hogar a su vieja, junto a Ana Dolores, llenándola de amor y seguridad en sus últimos años…, la misma casa donde mis viejos acogieron a todo el que vino buscando cobijo, solo por ser un Amigo o “de la Familia”. El hogar de los míos mucho antes y mucho más allá de mi misma, sigue en esa casa.

Sin embargo… esa misma casa seguirá siempre ahí, exactamente igual, en aquel lugar, donde solo existe lo verdadero…donde no hay ilusiones de propiedad ni de despedida. Aunque no pueda entrar en ella y otras personas y otras energías puedan invadirla, seguirá conmigo: así como Fifa sigue tan presente en mi vida, día a día, aunque su cuerpo no esté y su energía se entregue al brillo de una estrella. Así como todos los que amo que ahora están tan lejos y desparramados por el mundo, siguen visitándome en los sueños y en la memoria… y ya todo y todos se han integrado a mi eterno hogar interno y a mi nueva casa… propia y personal, espiritual y nómada que ahora construyo con mi amor y la hija de los dos.

Aquella casa se queda conmigo: mientras tenga memoria y corazón me rodearan sus olores, sus sonidos, sus abrazos, sus lágrimas, sus colores, todas las vivencias y emociones que contuvo…

Esa casa seguirá siendo mía…, nuestra… y no está a la venta…

Aporte de Sebastián.

MI CASA
He llegado a mi casa
(es mi casa;
conozco su calor y su silencio;
conozco ese sofá
-y él me conoce-
donde cierro los ojos tantas veces).
Mi casa me comprende.
Es mi casa.
Refugio de mis días y mis sueños.
Respiro la presencia de los seres
que me aman de verdad;
los seres y las cosas que yo amo de verdad.
Percibo su paciencia, su quietud.
Todo lo que está dentro de mi casa
está dentro de mí.
Cuando entro en ella
todo entra en su lugar.
He llegado a mi casa:
mi verdad.

Gracias, Sebas.

20 comentarios:

Gustavo dijo...

Esto es hermoso, Azul.
Como voy descubriendo poco a poco las perlas escondidas en este blog.

Si, soy perezoso pero tenaz.

Un cálido abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Cuatro veces he mudado de residencia en mi vida pero tras leer esta formidable entrada me acordé de la casa de Madrid en la que fui joven. Cerca del Museo del Prado, en la calle Cervantes.

¿Sabes? En aquel barrio vivieron Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca y Cervantes. A cien metros se escribió la segunda parte del Quijote. Paseaba mi perro por los alrededores del Retiro, por la Plaza de Murillo, por Atocha. Desde la distancia compruebo que fui muy feliz en aquella casa.

Me despertaste añoranza, la dejamos en 1991. Qué recuerdos...

Gracias.

Fer dijo...

Sumergida en el azul de tu blog llegué a este texto maravilloso que llena de nostalgia, ternura y recuerdos el ambiente...
Que lindo es pensar en la casa, en aquella casa que cada uno de nosotros tiene guardada para siempre en la memoria, el alma y el corazón.
Besos

Gloria dijo...

Gustavo, gracias siempre por ir mas alla. Un abrazo.

Goathemala, una vez mas me rescatas un texto. Con ese maravilloso relato de tu casa me provoco compartir este. Que maravilla de casa debes haber tenido. Justo esa parte de Madrid es la que conozco. En los tres dias que estuve alla no sali del Prado ni del Retiro. Las casas asi nos viven en el recuerdo. Gracias a ti.

Fer, que bonito. Por tu comentario me doy cuenta lo universal de este tema. Es cierto todos llevamos una casa desaparecida adentro. Besos.

Sandra S. dijo...

Que nostálgico relato, me llevó a recordar mi casa de la infancia, donde viví los primeros años de mi vida...esa inmensa casa...con un gran patio..muchos árboles...gracias por llevarme al pasado.
Cariños

Isabel dijo...

Todos tenemos una casa donde volver en nuestros recuerdos,una casa que abandonamos, pero que siempre se queda en nosotros; lo mejor de todo es pensar que tuvimos suerte de disfrutarla el tiempo que fuera,porque quiere decir que en ella fuimos felices y lo que nos ha hecho felices nunca se va del todo...
Un beso grande.

Lucía dijo...

Son unos recuerdos maravillosos y llenos de amor. ¿Me gusta tú familia, se admiten parientes honoríficos?
Un abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Gracias por tu comentario. Estoy poniendo etiquetas a entradas anteriores.

Mañana precisamente pasearé por allí. Llevaré la cámara, el cuadernito y una red por si encuentro a una musa.

Saludos.

Clarice Baricco dijo...

Leer algo más de tus rincones antiguos, tan presentes y tan vivos me agradó. Fue una sensación con la nostalgia de Moustaki. Pero por más que quise recordar mi pasado, hoy no pude. Me dio amnesia. La del corazón.
Mañana será otro día.

Cariños prima.

Arcángel Mirón dijo...

Hasta mis 19 años viví en la casa de mi abuela. Ella murió y yo no soportaba la idea de vender esa casa. No podía imaginar a un ajeno barriendo la vereda.
La casa la compró mi tío.
Quedó en familia.

:)

Waiting for Godot dijo...

Tengo Nostalgia de muchas casas en las que he estado. Besos.

DANI dijo...

Es jodido lo de los traslados, y más cuando van acompañados de la venta de la casa. Yo sumo 4 traslados, pero en todos estaba de alquiler, así que no me hago a la idea de lo que se debe sentir.

Lo que si puedo decir es que ahora que la casa es mia, ya no pienso igual.

un beso de mudanzas

Azul... dijo...

Qué post tan relindo, Tocaya, me llené de mis recuerdos de otra casa que, como la tuya, sigue albergándo todo lo que amo, todo lo que aprendí, reí, lloré, estudié...

Un besotote de aquí hasta allá...

Sebastián Mondéjar dijo...

El otro día compartí con mi hijo (11 años) este poema que escribí, posiblemente, antes de que él naciera. Lo leyó en voz alta, clara y pura, y me dijo que le gustaba (¿puede haber mejor intérprete y mejor crítica?):

* * *


MI CASA


He llegado a mi casa (es mi casa;
conozco su calor y su silencio;
conozco ese sofá -y él me conoce-
donde cierro los ojos tantas veces).

Mi casa me comprende. Es mi casa.
Refugio de mis días y mis sueños.

Respiro la presencia de los seres
que me aman de verdad;
los seres y las cosas que yo amo de verdad.

Percibo su paciencia, su quietud.

Todo lo que está dentro de mi casa

está dentro de mí. Cuando entro en ella
todo entra en su lugar.

He llegado a mi casa: mi verdad.

* * *


(Por compartir también, Azul, y corresponder con ello a tus vivencias, tan profundamente verdaderas).

Un abrazo desde donde los caminos vuelan.

bajamar dijo...

Precioso escrito, intímo y precioso...el hogar, ese que nos contiene y contenemos para siempre...ese lugar que buscamos anhelantemente...ese espacio no espacial que visitamos una y otra vez

hermoso de verdad, me emocionaste mucho, y con tan honesta y lúcida sencillez...escribe más

un abrazo Azul

Unknown dijo...

AY MOROCHA, ESTOY CON LAS DEFENSAS BAJAS Y USTED PEGA DURO. MIRE QUE SE SIENTE EL GOLPE DE LA NOSTALGIA, EH?
ME GUSTÓ MUCHÍSIMO

AMIGA, QUE SUS HORAS SEAN HERMOSAS

ADAL

natalia dijo...

Vas a trasladar esa casa contigo.

Gloria dijo...

Perfecta desconocida, la mia tambien era asi. Se lo que significa crecer en un patio con muchas arboles. Es maravilloso. Carinhos.

Isabel, muy cierto, "lo que nos ha hecho feliz nunca se va del todo" y queda en nosotros. Me hacen bien tus palabras. Un beso grande.

Lucia, claro que se admiten, que linda. Si hay algo que caracteriza a mi familia es la "adopcion" honorifica de todo el que la quiere. Ya yo te adopte por ellos. Un abrazo.

Goathemala, algun dia te contare una conversacion que tuve con un viejito jubilado de acomodador de cine que le daba de comer a las palomas en el Retiro. Teniamos solo tres dias para conocer Madrid, mis amigos tratando de visitarlo todo y yo sentada con este viejito casi toda la manhana en ese maravilloso parque. Fue un momento muy valioso para mi. Espero tomes muchas fotos y escribas algo. un abrazo.

Gloria dijo...

Clarice, si prima. A mi tambien me dan esas amnesias justo en periodos siguientes a mucha saudade. Seguimos pareciendonos. Besos.

Arcangel, exacto, eso senti. No puedo imaginar nada en el porche que no sea la mecedora de Fifa. Que bueno que tu tio vive en ella.
Un beso y gracias por compartir esto.

Waiting, la nostalgia puede repartirse en tantas casas y cosas. Besos.

Dani, es asi, quizas la clave no esta en la propiedad sino en el tiempo y las vivencias que uno y los que uno quiere tiene en una casa. Pero se trasladan con nosotros.

Azul, que bueno que te hizo recordar cosas y lugares felices. Gracias tocaya. Un besotote.

Sebastian, Muchas Gracias por traerme este poema tan bonito que lo dice todo y que expresa muy bien que el hogar es uno. Un abrazo que va volando hasta tus caminos.

Bajamar, un espacio no espacial, asi es, que bonito. Gracias por emocionarte y por tus bellas palabras que me acompanhan mucho. Un abrazo.

Adal, si, ya lei por ahi que anda enfermito, cuideseme mucho que se le quiere y gracias por emocionarse con esto tan mio. Un beso, su amiga morocha.

Ciclopa, que lindo verte por aqui. Supongo que la traslado cada vez que la extranho. Mi nostalgia tiene un poder tan intenso. Un abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Vale, cuando tengas un rato me lo cuentas, por favor. Iba diariamente al Retiro a jugar a baloncesto y lo mismo ese señor era el acomodador del extinto Cine Consulado o del también desaparecido Bogart.

Hice muchas fotos en un día tan lluvioso que en lugar de atrapar una musa creo que me traje un resfriado.

Luego me pongo al día que tengo retraso.

Saludos.