En Caracas. I
Extrañar lo que está y ya no es lo mismo, es la nostalgia más cotidiana e imperceptible.
Extrañar lo que está y ya no es lo mismo, es la nostalgia más cotidiana e imperceptible.
Desayuno. Un Domingo.
Despierto viendo al Avila por el ventanal, madre montaña , temperamental y

Camino
por la Fco. de Miranda, y luego por la principal de Campo Claro, compro "El Nacional" y "El Universal" saludando en desfile a los vecinos de mas de 20 años y por fin- llego hasta el Vomero, templo del Café, donde se le trata como se lo merece, -como un arte- solo ahí los limites entre un " guayoyo" y un "negrito" y aun mas importante, entre un "café con leche" y un " marroncito" son respetados con una perfección que no he encontrado en ninguna parte. Despertar al primer sorbo, oyendo hablar a los viejitos italianos de sus nostalgias de inmigrantes, y de sus raíces profundas en este país que les duele.



Llego a la
Previsora para la primera sesión de cine. Me encantan las matinés, son las 11 de la mañana y el que está en el teatro a esa hora casi seguro sea un apasionado del cine y por eso las películas son siempre buenas. Salgo de la sala con los ojos, el corazón y la mente llenos de imágenes, símbolos y mensajes y me siento en el "Gran Café" a tratar de aprehenderlos. Mientras me tomo un jugo de parchita y saboreo una arepita de queso blanco, veo pasar la gente, pueblo multicolor, crisol de razas, de orígenes, unidos en una identidad nacional que de tan inmensa nos abarca las diferencias, las injusticias viejas, los privilegios absurdos, la riqueza invisible, la pobreza callada y furiosa... pienso en cuando todo esto encuentre una válvula de escape, sueño con una educación que forme libre pensadores, con un cambio profundo en la política repetitiva, en la economía de "pan y circo", temo a los disfraces populistas que podrían hacer que el rencor explote para ser manipulado y seguir en lo mismo... con otras caretas.

La mañana termina, llega el letargo del mediodía y todo duerme, la memoria descansa, la nostalgia hace una pausa...
10 comentarios:
te digo lo que le comente una vez a Umma: "será porque el hogar es el hogar donde quiera que estemos y la raíz está bien clavada en la sangre y en el corazón. El gentilicio no es geográfico en relación a un país sino porque convoca los pequeños milagros del día a día y de nuestra historia personal. O mejor lo ha dicho el Ilan: ...los amores que se tiene en la vida nunca se olvidan, son aromas que se quedan en el alma..."
Precioso lugar el que describes Azul Caleidoscopio.
La observé y leí tu comentario.
Pero quiero hacer especial hincapié, en la reflexión que cierra tu post
"sueño con una educación que forme libre pensadores, con un cambio profundo en la política repetitiva, en la economía de "pan y circo", temo a los disfraces populistas que podrían hacer que el rencor explote para ser manipulado y seguir en lo mismo... con otras caretas".
Yo también sueño con ello Azul, y deseo que termine pronto esa pesadilla del populismo, por el bien de América...
Perdón no me extiendo más, pero es un tema que me exhacerba...
Un beso.
Juan Lucas.
Que lindísimo paseo regalaste!
Imaginaba y sentía el calorcito del sol, los ruidos de la calle, los sonidos, tus deseos...
Un beso feliz!
Bueno, que cambio! Coincido con lo de la educacion, por aca todo es pan, putas y circo (pero mas putas en bolas) que forme personas completas, educadas, felices de tener su cultura.
Seremos utopistas, pero tambien quiero eso!
Chama, me hiciste acordar que hace un par de días me comí la mejor cachapa del mundo con queso telita :) es un local en naguanagua jeje...
Qué lindo tener tan maravillosos recuerdos.
Te mando un abrazote cerrero jeje.
¡Yo quiero estar ahí, ya! ¡Así no vale!
Disfruté mucho de ese paseo que nos regalás. Yo estuve en Barquisimeto pero no en Caracas, aunque creo que toda Venezuela es hermosa. Además Venezuela posee la gloria, nada menor, de ser la patria de Azul Caleidoscopio.
Te mando un beso desde este chatito país.
Estoy suspendida en tu nostalgia que también es mia.
Me quedo a tu lado suspirando entre el aroma del cafè.
Te siento entre letras azules.
Gracias por llevarme.
Abrazos.
Ontokita, muy lindo lo que dices del gentilicio. Una raiz bien firme, si, que florece donde estemos.
Juan Lucas, es el Este de Caracas, capital de Venezuela. El populismo es un teatro de titeres que encontramos en todos los continentes, gracias, un beso.
Checha, que bueno que paseaste conmigo. Otro beso feliz.
Lady Zurikat, el cambio viene porque el color marron me saturo, el blanco parece de cuaderno y me motiva a escribir. No se por que le agregaste las putas al pan y circo, supongo porque tambien son victimas universales de la desigualdad y la desintegracion social. Me gustaria una educacion que promoviera la conciencia y el razonamiento propio, creo que es algo realizable. No dejemos de creer.
Eika, que cochina envidia que me dio. Me tenias que nombrar el queso telita! Siquiera el queso de mano anda devaluado y no se me hizo agua la boca al recordarlo, pero el TELITA y en NAGUANAGUA, noooo... eres cruel, mi pana, jeje. Otro abrazo cerrero.
Gustavo, la imaginacion ayuda en estos casos. Sabes que Barquisimeto y Lara es el unico lugar que no conozco de mi tierra? Debe ser maravilloso. Me hiciste reir con lo de la gloria patria, lo mismo digo de tu pais, tierra de poetas inspirados entre ellos, tu. Un beso desde esta chatita y ajena ciudad.
Clarice, gracias por esas bellas palabras, por entender y hacer tuya mi nostalgia y dejarte llevar. Un gran abrazo.
Me gustó este paseo al que me dejé conducir por ti, que viví con tanta sensualidad y sabor.
La política, estos días, la tengo apartada, quiero ver si viene a buscarme la poesía.
Menuda viajada que me di por Caracas. Curioso que esa montaña se llame Ávila porque regresé hace unos días de esta ciudad de provincias, amurallada y pequeña.
Un placer regresar de vez en cuando. Espero que todo mejore.
Saludos.
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