lunes, 18 de junio de 2007

No alcanza la palabra,
no me alcanza
y me duele,
este vacío en el pecho
que lanza y lanza sogas
endebles y tardías
A otras orillas que son
reflejos en el agua
Y que esperan también
quizás una paloma
una flecha, un visir,
un mapa, un catalejo.
Espejismos de puentes
Desde un abismo interno.

Ya me cansa hasta el símbolo
Me aburre la metáfora
Basta ya de señales, de signos,
vericuetos.
Es que ya ni el silencio
Parece suficiente
Porque no sé que hacer
con la palabra adentro
(solo si fuera roca, molusco, cocotero
arena en el desierto
cristal, espejo roto
y otra vez la metáfora...
forzando sin sentido
portones gigantescos
sellados de elocuencia
de lenguas y de intentos)

Sucumbo ante este vicio
inevitable y terco
Me destroza mordazas,
Sobrevive a los dedos
tapándome la boca
Al hastío que duele, y se repite y duele
Me impide que renuncie
a la duda, al destello
al instante que dura
un verdadero encuentro.

2 comentarios:

bajamar dijo...

..hay ocasiones así, en que las palabras no alcanzan, no vienen, y al mismo tiempo inundan y pulsan y punzan desde dentro...y el hastío, ah el hastío, ese cansancio de crisálida palpitando adentro porque asoman las mismas, las usadas y nuestros espasmos van cambiando de dimensión..en ti estás a flor de piel...vendrán, saldrán y la metáfora te será sólo como un ave en el que se eleven, lo mismo espero yo

un abrazo

Gloria dijo...

Bajamar, gracias. Palabras balsamo las tuyas. Un abrazo.