miércoles, 14 de marzo de 2007

LOS COLORES DE MI HIJO
POR INDIRA PAEZ.

"Yo nací en una casa de lo más multicolor.
Y no, no me refiero a las paredes.
Esas eran blancas, como las de cualquier casa de Puerto Cabello en los setenta. Mi casa era multicolor por dentro.
Y es que mi mamá es de piel tan clara, que sus hermanos la bautizaron "rana platanera". Y mi papá era de un trigueño agresivo, con bigote de charro, sonrisa de Gardel y cabello ensortijado, estirado a juro con brillantina. La vejez lo ha desteñido, a mi papá. Como si la melanina se acabara con el tiempo. Como si los años fueran de lejía.

De esa mezcla emulsionada salimos nosotros, cinco hermanos de lo más variopintos. Mi hermano mayor, vaya usted a saber por qué, parece árabe. Ojos penetrantes, nariz aguileña, frente amplia y cabello rizado (cuando existía, pues ahora ostenta una calvicie de lo más atractiva). Le sigue una hermana preciosa, nariz perfilada, pecas, ojos inmensos, sonrisa como mandada a hacer. Castaña clara y de cabello cenizo. Se ayuda con Kolestone, vamos a estar claros. Pero le queda de un bien que parece que hubiera nacido así. Al tercero, extrañamente, le decían "el catire". Nunca entendí por qué, con ese cabello de pinchos rebeldes que crece hacia arriba. Eso sí, tan rana platanera como la madre. Yo soy trigueña como mi padre, y mi nariz delata algún ancestro africano por ahí. Y mi hermana menor es pecosa y achinada, como si en algún momento los genes se hubieran vuelto locos y por generación espontánea hubieran creado una sucursal asiática en la casa.

Así, los almuerzos en mi casa parecían más una convención de las Naciones Unidas que otra cosa. Claro que yo jamás me di cuenta de eso. Para mí eran almuerzos, punto. Con el olor inenarrable de las caraotas negras de mi mamá y las tajadas de plátano frito que se hacían por kilos.

De chiquita nunca entendí por qué en el colegio de monjas un día una niñita me preguntó si mi papá era el chofer. Tampoco supe por qué no lo habían dejado entrar a cierto local nocturno muy de moda en los ochenta. Yo jamás me fijé en los colores de mi familia. Mi papá, mi mamá y mis hermanos, siempre fueron exactamente eso: mi papá, mi mamá y mis hermanos..

Cuando yo era chiquita pensaba que los colores los tenían las cosas, no la gente. No entendía por qué a algunos les decían negros si yo los veía marrones, y a otros les decían blancos si yo los veía como anaranjado claro tirando a rosa pálido. Y menos aún entendía por qué aparentemente y para muchos adultos, era mejor ser "blanco" que "negro". Una vez mi papá se comió un semáforo y alguien le gritó: "¡negro tenías que ser!". Yo me quedé estupefacta al descubrir que los "blancos" jamás se comían los semáforos.

Así las cosas, comenzó en mi adolescencia una suerte de fascinación por aquello de los colores de la gente, las etnias, las razas y esos asuntos que parecían importar tanto a la humanidad. Tanto, que hasta guerras entre países generaba. Tanto, que se mataba la gente por asuntos de piel. De genes. De células. De melanina. Yo buscando vivencias reales, y con lo enamorada que soy, tuve novios marrones, rosados, amarillos y uno hasta medio verdoso. Me casé con un italiano y tuve una hija que parece una actriz de Zefirelli. Y finalmente me enamoré hasta los huesos y me casé otra vez. Con un marrón. Un marrón de esos que la gente llama "negro".

Una tía abuela me dijo cuando me casé: "ni se te ocurra tener hijos con ese hombre, porque te van a salir negritos". A mí no me cabía en la cabeza que a estas alturas de la historia universal, alguien pudiera hacer un comentario como ese. Pero mi tía tiene 84 años, y uno, a la gente de 84 años, le perdona todo. Hasta el racismo.

Como soy bien terca salí embarazada de mi esposo marrón. El embarazo fue una montaña rusa total, así que cuando nació mi hijo, sano, con diez deditos en las manos y diez en los pies, un par de ojos, orejas, boca, nariz y gritos, yo estallaba de felicidad. Y cuando uno estalla de felicidad, no escucha nada.

Pero resulta que han pasado cinco meses, y aunque sigo felicísima, se me ha ido pasando la sordera. Y como soy tan bruta, no termino de entender cómo es que tanta gente, que no solo mi tía la de 84, me pregunta "¿y de qué color es el niño?". Sí, sí, así mismo. "¿De qué color es?". Les importa muchísimo ese detalle a algunos. Tal vez a demasiados. Una amiga de España. Una antigua vecina. Una ex compañera de colegio. Una gente cualquiera que no tiene 84 años. Una gente que, que yo sepa, no pertenece al partido Neo Nazi, ni milita en el Ku Klux Klan, ni es aria, ni tiene esvásticas en la ropa. Una gente que se ofende si uno les dice racista. Llegan así, llaman, escriben. Y lo primero que preguntan, antes de esas típicas preguntas de viejita ("¿Cuánto pesó?" ¿Cuánto midió?" "¿Lloró mucho?"), es ¿y de qué color es?".

Y la verdad, lo confieso, a riesgo de quedar como una madre desnaturalizada, es que yo no me había fijado de qué color era mi hijo. Porque cuando nació mi hija la italianita nadie me preguntó eso. Entonces no pensé que era tan importante saberse el color del hijo. Yo me sabía la fecha de su primera sonrisa. Me sabía cuándo se le puso la triple, cuándo comió papilla por primera vez. Sabía que tenía tres tipos de llanto (uno de hambre, uno de sueño y uno de ñonguera). Sabía que por las noches le gustaba quedarse dormida en mi pecho. Cosas, pues, intrascendentes. Igual con mi bebé. Ya me sé sus ojos de memoria, por ejemplo. A veces están a media asta y es que tiene sueño, pero lucha porque no quiere perderse nada. Me sé sus saltos cuando quiere que lo cargue. La temperatura de su piel, el olor de su nuca.

Pero el domingo pasado me encontré a una ex compañera de trabajo que no veía desde mi preñez, y ¡zuás!, me lanzó la pregunta. ¿Ya nació tu hijo? ¿Y de qué color es?". Me agarró desprevenida, y no supe qué responderle, pero me prometí a mí misma averiguarlo, ya que a tanta gente parece importarle el asunto. Debe ser que es algo vital, y yo de mala madre no he prestado atención a la epidermis de mis críos. Así que ante tanta curiosidad de la gente, me he puesto a detallar los colores de mi hijo.

Y resulta que mi bebé es un camaleón. Sí, de verdad. Cambia de colores. A las cinco y media de la mañana, cuando se despierta pidiendo comida, es como rojo. Un rojo furioso y candelero. Después se pone como rosadito, y se ríe anaranjado. A veces pasa el día verde manzana, y me provoca darle mordiscos por todos lados. Cuando lo baño, y chapotea con el agua, se vuelve como plateado, una cosa increíble. Cuando se le cierran los ojitos del sueño, es amarillo pollito y provoca acunarlo y meterlo bajo las dos alas acurrucadito. Finalmente se duerme y, lo juro por Dios, se pone azul. Y brilla en la oscuridad.

Ese es mi hijo, multicolor. Sé que va a ser un poco difícil llenarle la planilla del pasaporte, o contestarles a las ex compañeras de colegio cuando pregunten de qué color es mi hijo. Pero eso es lo que hay. Lo juro. Mi hijo es color arco iris. "

Indira Paez.
Foto: Efraín García.

Indira Paez es una escritora venezolana que según leí: "se gana la vida escribiendo guiones de novelas pero cuya pasión es el teatro", ya le premiaron sus "Crónicas Desquiciadas") Este texto hermoso expresa con ternura, inteligencia y fuerza lo que muchos opinamos sobre la importancia que alguna gente le da a los colores de la piel.
Gracias, linda Indira desconocida por traducirnos el alma a todos los que sentimos lo mismo que tú y no sabemos como expresarlo...
Tu, mi Nani, también eres de color arco iris, no lo olvides...



Aporte:
Poema de Osselin

¡Mamá!
¿De qué color es la ilusión?
¡Mama!
¿de qué color es el amor?
¡Mamá!
¿de qué color soy yo?
Hijo
tú eres color nosotros
Hijo
tú eres color inocencia
Hijo
tú eres color Yo
Osselin

22 comentarios:

Umma1 dijo...

Un texto tan hermoso y sabio.
No te imaginás el placer con que lo leí.
(F)
Saludos

Gustavo dijo...

No me das tiempo a leerte, chama.
Paso a saludarte no más. Mi vida está muy agitada en esta época, pero ya me voy a hacer un tiempo para leerte.

Besos te mandamos, junto con Momo, que ya se despidió hasta el año que viene.

Guachafitera dijo...

Hace poco nació el hijo de mi cuñada. Cómo era de esperarse y siendo lo que los italianos llaman una pareja mixta (así como la parrilla...)el deporte preferido es adivinar de qué color serán los nuestros... Debo admitir respondía con cierto deje de irritación.

Pero ahora ya sé como contestarles!

Simplemente maravilloso.

Grazie mille de una café con leche de cabellos ensortijaditos.

Dana dijo...

Cuánta sabiduría..."los colores no están en las personas sino en las cosas"...me encantó esa frase...
Un abrazo agradecido por este regalo que has subido al blog.
Besos!

Osselin dijo...

Mamá
de que color es la ilusión?
Mamá
de que color es el amor?
Mamá
de que color soy yo?
Hijo
tu eres color nosotros
Hijo
tu eres color inocencia
Hijo
tu eres color Yo

Poema de Osselin

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Manda narices las obsesiones de los humanos... pero me ha gustado que el texto donde el niño es un camaleón, si me ha gustado el poema donde la ilusión, el amor, la estrella allá lejos son el color de la piel del niño.

Si aprendiéramos a no hacer diferencia otro gallos nos cantaría.

Como siempre he disfrutado mucho.

Mónica Sabbatiello dijo...

Es imposible entrar a este blog y no quedarse maravillada.
Disfruto siempre, me refundo, me nutro.
Por lo que escribes, por lo que viviste, por lo que citas.
He vuelto, incluso, a releer, a disfrutar algunos, como tu experiencia de guia turística en ese lugar tan puro tan sabio tan tu.

Juan Lucas dijo...

Maravilloso.
Si debiera subrayar algo, sería con el color camaleónico de ese niño, pues en él, surgen maravillosamente todos los colores de la vida.
Besos.
Juan Lucas.

Gloria dijo...

Umma, me imagino, me imagino, es una mecla de ironia, dolor, verdad y libertad que me gusto mucho. Saludos.

Gus, chamo estas hablando venezolano, mi pana. usted tranquilo que el equipo gana. O sea, me encanta que pases por aqui igual. Besos a ti y al Momo.

Guachafitera, asi es, el racismo es un cancer que va creciendo cotidianamente en la gente que ni siquiera se considera racista pero que con esas preguntas dicen mucho de si mismas. Color arcoiris son todos los bebes del mundo y tambien sus padres. Un besote, y que siga la guachafita de cafe con leche y rizos al viento.

Laa laa, asi es, en todo caso, los colores los llevamos dentro, en nuestro espiritu, esos son los colores verdaderos. Gracias a ti, sobre todo por ese canto a la vida y al amor que es tu ultimo poema. Me encanto! Un beso.

Osselin, muchas gracias, los bebes arcoiris del mundo te agradecen tan hermoso gesto. Un beso.

Candela, camaleonicas son las emociones, el bebe es mas bien un arcoiris, pero el texto de Osselin es hermoso, te recomiendo visitar su blog que llena los sentidos. Me alegra que hayas disfrutado.

Nina, gracias por pasar siempre, a mi me pasa lo mismo con tu blog. Tus ultimos comentarios han sido balsamos de ternura que te agradezco mucho.

Juan Lucas, exacto, aunque el camaleon puede ser una figura odiosa, podria simbolizar lo camaleonico de nuestras emociones y como ellas son nuestros verdaderos colores. Gracias y Besos.

María Elisa Quiaro dijo...

bellísimo y verdadero. En un país de mezclas, el racismo viene de los más mezclados. El que es racista Mi no sabe y teme.
Blanco, trigueno, negro, moreno, indio, etc.el mundo nunca ha sido puro y gracias a Dios no lo será.
Mi hija tuvo una tratarabuela india de ojos azules (yo la conocí), un abuelo italiano que llegó de polizón a Venezuela, un par de abuelos que hicieron la guerra en Alemania, una bisabuela Sueca, una abuela india de mezcla espanola, un bisabuelo rico y negro como el carbón. ah y un abuelito de chocolate, marrón y simpaticón...que es el que más quiero yo.

Alyxandria Faderland dijo...

Muy bello texto y mas aqui, donde la gente se toma preeminencia social segun el color de piel, a mas claro, mas alto. Rubio de ojos azules es un bombonazo o el summun, lo que todos pretenden ser. Me dan mucha lastima las chicas morenas que ridiculamente se tiñen de rubias, lo cual ademas de quedarles espantosamente mal no borra o atenua en nada su herencia de sangre. Como si el color de la piel fuera el del alma.
O indicio alguno, prueba fehaciente de buena persona! Facil decirlo con tus pelos y tus pecas, diran, pero la vida me coloco al lado de racistas de primera; lo mas gracioso un 'negro' de aqui, lease moreno, muy moreno y mas con la barba blanca que se declara ideologicamente nazi y el cerebro (en caso de tenerlo) no le alcanza para comprender que de haber estado en la epoca de su idolo hubiera sido el conejillo de indias del ciclone b.

malditas musas dijo...

Es una delicia este texto.

Pensaba mientras lo leía que el único color que me preocupa es el transparente...
Lamentablemente esta especie humana a la que pertenecemos está tan desconectada de la naturaleza que ya no reconoce a sus propios hermanos y los aniquila por miedo.

Te dejo un abrazo, Azul.

almena dijo...

Es un relato delicioso, tierno, amoroso, valiente.
Me ha encantado y lo he leído con deleite.

Un beso

la sustituta dijo...

notable texto...

extarñamente en mi casa parsa algo similar, mi madre morena de colombia, mi padre rubio, confundido muchas veces con la imagen cinematogr{afica de jesus...
yo color mate mi hermana blanca y mi hermanito amarillo...

tampoco entend{i nunca lo del color...

Osselin dijo...

Me siento muy honrado amiga. Un abrazo fraternal y un beso amistoso.

Lágrima del Guadiana dijo...

Tus palabras deben de ser del color de la fe, y apuesto a que el amor tiene tu mirada.

Estos días me anima mucho leerte.
Dulcificas, Azul...

Besos cristalinos

Unknown dijo...

BELLO TODO , PERO EN MI SE PRODUCE MUCHA CALENTURA .
" NEGRO TENÍAS QUE SER " O
" NEGRO DE MIERDA " , FRASES QUE SIGO ESCUCHANDO Y ME SACAN DE QUICIO ,ME DA VERGUENZA AJENA, NO SÉ, ESA ESTÚPIDA MIRADA DE CIERTAS PERSONAS ME PONEN DEL TOMATE...TODOS TENEMOS EL MISMO COLOR.... SI UN DÍA LLEGARAN A PRECISAR SANGRE , CREO QUE NO PREGUNTARÍAN SU PROCEDENCIA.


MOROCHA , LE DEJO MIS SALUDOS Y DESEOS DE UN HERMOSO FIN DE SEMANA

ADAL

BIEN POR OSSELIN Y SU POEMA.-

Unknown dijo...

Me morí de dulzura y amor. La gente cambia de colores todo el tiempo, mi azul...

Gloria dijo...

Ontokita, yo repito tambien: por eso tu hija es tan hermosa.

Lady Zurikat, asi es, es mas triste cuando la gente rechaza a su propia raza, cuando cae en la trampa y no se acepta a si mismo. Gracias por tan buen comentario.

Musa rella, esa es la clave, creo: MIEDO. La raiz de todo el mal, ese temer lo distinto, refugiarse en el prejuicio, ese no poder reconocerse en el otro, mirarlo todo desde arriba del hombro como si eso fuera una especie de escudo a la fragilidad. El alma de un racista es tan fragil. Un beso.

Almena, si, lo es, me gusta porque combina el desconcierto, el desagrado con la ternura y la libertad. Que bueno que te hayas deleitado. Otro beso.

Bastarda, bienvenida. Tu familia debe ser hermosa, "la pureza esta en la mezcla". Saludos.

Osselin, gracias por tu amistad y por tu poema. Besos y abrazos.

Lagrima del Guadiana, como me gustaria darte un buen abrazo, no virtual, sino real, amiga cristal y decirte que la dulce eres tu, que cuando un corazon es tan grande como el tuyo, su naturaleza es revivir siempre, cantando como el Fenix. Besos azules.

Hippie Viejo, yo por mucho tiempo tuve un gran prejuicio hacia los racistas, me molestaba y discutia cada vez que oia un comentario asi, ahora me doy cuenta que son gente que no se da cuenta de lo asustados que estan, de que se autorechazan rechazando y ya no peleo tanto para no caer yo en lo mismo. El poema de Osselin es hermoso como su blog. Esta morocha lo abraza, Hippie Viejo, con todo su carinho.

Chechita, asi es, todo el tiempo, y aunque haya colores predominantes siempre seran los internos los que nos diferencien o nos unan. Un beso.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Yo soy un rano platanero al que le fascinan todos los colores. Mi esposa tiene una tonalidad bronce magnífica que me da envidia y tengo un sobrino que es casi transparente.

Muy bello el texto de Indira, gracias por dadlo a conocer.


Saludos.

Clarice Baricco dijo...

Me conmoví muchísimo. Realmente es hermoso.
Valoro más a todos esos diminutos que son tan rechazados por un color.
Gracias de nuevo preciosa por compartir esto.
Vales oro querida.

Rosa dijo...

Una belleza, disfruta tu bebe camaleon que es lo mas bello de la vida. Besos